Han preguntado muchas veces en el blog por el tema de qué
se puede hacer para reducir, disimular o incluso que desaparezcan las cicatrices
quirúrgicas. Tened en cuenta que muchos de los visitantes del blog han sufrido
en sus carnes algún tipo de cirugía, y si esta ha sido abierta, deja visibles
restos sobre nuestra piel que para mucha gente le provoca complejos e incluso
en ocasiones molestias mucho tiempo después de haberse cerrado la herida. No es
mi caso, aunque parece que haya venido de Vietnam jeje, pero bueno…
Realmente lo más importante en estos casos es consultar con el médico y que nos
indique que tratamiento es el más adecuado para “combatir” nuestra
cicatriz. Ni todos somos iguales, ni todas las cicatrices tampoco lo son, con
lo que el criterio profesional es el que nos va a indicar la mejor solución.
No obstante, podemos enumerar algunos aplicativos que
la farmacología y la medicina utilizan para combatir las cicatrices:
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Por supuesto,
una de las soluciones más directas es la cirugía
plástica/estética. Existen diversos procedimientos que consiguen, en el
mejor de los casos, minimizar la visibilidad de una cicatriz. Sin embargo,
cuando se argumenta que las intervenciones de cirugía estética “no dejan
cicatrices”, debe tenerse en cuenta que las incisiones quirúrgicas que han
producido esas cicatrices han sido escogidas cuidadosamente para situarlas en
sitios donde produzcan la mejor cicatrización y que además sean lo menos
evidentes posibles. Al mismo tiempo, las técnicas de incisión y sutura
realizadas habrían sido muy meticulosas ya desde el principio, a diferencia de
las cicatrices que resultan como consecuencia de un accidente u otro tipo de
intervención. Por tanto, al plantearse realizar una revisión quirúrgica de una
cicatriz, el paciente debe tener siempre en mente que, aunque a veces existan
razonables expectativas de obtener una mejoría, una parte de las secuelas
cicatriciales probablemente persistirá permanentemente. Otro de los inconvenientes
es que no siempre la solución se logra al primer intento y se necesitan varias
intervenciones con el consiguiente riesgo. En muchos casos, además, estos
tratamientos no están cubiertos por la Seguridad Social y tenemos que costeárnoslos
de nuestro bolsillo. Hay infinidad de clínicas y profesionales que se dedican a
esto, por ejemplo estos doctores en Madrid. En ocasiones y bajo valoración
médica puede que la manera de “atacar” a la cicatriz sea mediante láser.
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El aceite de rosa mosqueta, es por
excelencia el producto que todo el mundo conoce y muchos expertos recomiendan
para tratar cicatrices. Ofrece unos componentes naturales de lo más efectivos
para lograr que las cicatrices (especialmente las más recientes) mejoren tanto
internamente, como externamente. Los ácidos grasos esenciales que contiene ayudan
a reducir la cicatrización y promover la regeneración de nuestra piel según muchos
estudios. Éstos ácidos mejoran la flexibilidad, permeabilidad y la reparación
de la piel. La Vitamina A también juega un papel importante ya que ayuda a
cicatrizar mejor la herida, igualando el tono y la textura.
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Otros
aceites también ricos en ácidos grasos esenciales como el aceite de Argán pueden ayudar a la cicatrización. Con ellos, se
masajea la cicatriz a diario y tratan, nutren y aportan flexibilidad y
elasticidad a la piel.
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Hay
tratamientos que reducen la visibilidad de las cicatrices, como el peeling (aplicación de diferentes
sustancias sobre la piel con el fin de exfoliar las capas más extensas), la exfoliación de la piel y la
dermoabrasión. Esta última consiste en remover la epidermis y la dermis
superficial. todos los anteriores se consiguen en clínicas o centros
estéticos. Importante si se acude a uno de estos lugares, que sea de las
máximas garantías y que el personal este formado y supervisado por un médico
dermatólogo o especialista en cirugía estética.
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Las inyecciones de colágeno o de esteroides, son
también una opción recurrida, sobre todo para cicatrices queloides o
hipertróficas.
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A menudo, se
recomienda la utilización de ciertas cremas,
sprays, pastas, parches o geles que pueden ofrecer resultados, pero que
requieren de constancia y compromiso por parte del paciente. Lo mejor que
podemos hacer para encontrar la crema más adecuada para nuestra cicatriz, es
sin duda alguna, preguntar a nuestro médico o farmacéutico. Suelen ser productos de venta libre, elevado
precio y en muchos casos de dudoso resultado. Evidentemente no vamos a
publicitar ninguno en concreto.
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Tratamientos
que exclusivamente sirven para disimular la presencia de las cicatrices como
pueden ser maquillajes temporales o
incluso tatuajes semipermanentes o
permanentes que se realizan sobre la cicatriz para disimular su visibilidad.
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Mucha gente
es amante de los remedios caseros:
que si la miel, que si el aloe vera, que si el aceite de ricino, que si el
limón. Sabéis que no soy nada partidario de pseudotratamientos sin base
científica.
Ratificar que lo mejor para eliminar las cicatrices
quirúrgicas de nuestro cuerpo es seguir los consejos del profesional sanitario
pertinente.